Elegir gimnasio después de los 40: las 12 cosas que revisar antes de decir que sí
- Kary Florez
- 5 ene
- 2 Min. de lectura
Tu gym, tus reglas
Seamos honestas: unirte a un gimnasio después de los 40 no va lograr entrar en tus jeans del colegio. Va de encontrar un lugar al que sí te apetezca ir. Que no se sienta como castigo. Que ponga tu cuerpo en movimiento, a tus hormonas contentas y a tu alma diciendo “sí, esto es para mí”!.
Antes de firmar ese contrato, aquí va la checklist que te ahorra dinero tirado, rodillas adoloridas y culpas a corto/largo plazo.
Las prioridades reales
Instalaciones. ¿Está limpio, seguro y no huele a vestuario de adolescente? Mira duchas y vestuarios: esos detalles importan.
Equipamiento. ¿Hay más de 3 caminadoras rotas? ¿Puedes usar pesas sin pelearte con un fisicoculturista? ¿Tienen lo que tú necesitas?
Acceso. ¿Hay zona de parqueo cerca? ¿Llegas fácil en horas pico? Si el trayecto es un mini paseo por la ciudad, no irás. (Piensa primero si quieres el gym cerca de casa, del trabajo, del cole de los peques…)
Horarios. ¿Eres búho o alondra? Si sus horarios no encajan con tu ritmo, no es tu gym.
Audiencia. Fíjate en quién está. ¿Te sientes cómoda y apoyada? ¿O es una convención de selfies veinteañeros?
Clases. ¿Ofrecen yoga, pilates, danza? ¿O solo bootcamps que te dan ganas de fingir lesión?
Adaptaciones. ¿Hay espacio solo para mujeres, zonas tranquilas o máquinas pensadas para más de una estatura? La accesibilidad es autocuidado.
Promos. No te deslumbren con smoothies gratis y “cuerpo de verano”. Mira qué pasa cuando se acaba la promo.
Reseñas. Google, redes sociales, grupos locales: lee a comentarios de personas reales. ¿Quejas de baños sucios o comisiones ocultas? Créételas.
Contrato. Léelo. Dos veces. Ojo con cláusulas tipo “solo puedes cancelar si te mudas 500 km y lo certifica un extraterrestre”.
Prueba gratis. Si no la dan, bandera roja. No comprarías zapatos sin probártelos.
Y por último, pero no menos… cuotas. ¿Puedes pagarla sin poner los ojos en blanco cada débito? Si sí, seguramente lo usarás. Si a los meses te parece atraco, quiere decir que no lo usas o no te satisface y lo resentirás. Quizá convenga revisar prioridades y valorar entrenar en casa.
Bonus que nadie te cuenta
Luz. Si el espejo te deja ver como un zombi, la motivación muere rápido.
Sonido. Escucha la música. Si te ponen techno a las 7 a. m., ¿sobrevivirás?
Revisa la energia del lugar. Quédate cinco minutos en el espacio. ¿Cómo te sientes? ¿Calma, energía, comodidad? ¿O juicio, prisa, invisibilidad? Tu intuición sabe.
Si elegir gimnasio te agobia, recuerda: no necesitas el edificio perfecto para empezar a moverte. Por eso comparto entrenos 1:1 en la app de FlorezKa. Cada semana recibes sesiones según tu ciclo, para el gym o tu salón de la casa. Lo que te venga mejor.
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Cuéntame: ¿qué pesa más al elegir? ¿Las clases, la gente o que esté a cinco minutos de casa?
Lleva este tema a tu próxima cita de té. Compartir lo que nos funciona nos lo hace más fácil a todas ❤️
